Cada día que llegabas a la cafeteria, te miraba y observaba tus ojos color azul,
algo tienen tus ojos que siempre los miraba con detalle, tu cabello rubio suelto
llegaba a tu espalda y era para un momento mágico, tu tenias la
magia para hacer que mi corazón se sintiera mejor.
Aunque solo te miraba a los ojos del color del cielo, no pude acercarme
a tí, para ver más de cerca esos ojos, aunque nunca podria hacerlo,
mi corazón se acelera al ver tus encantodores ojos
y tu belleza, eres perfecta y ubise querido poder conversar.
Me conformo con verte llegar y al menos poderte saludar
y en silencio admirarte y cada vez que te marchas, me quedo
esperando el siguiente día para volverte admirar
aunque sea solo para eso, aunque sea una ilusión pasajera.
Si un momento llegas a verme, ten por seguro
bella dama, que siempre estaré ahí sentado
en la mesa de la ventana.